Auden, W. H.: Canción de cuna (A Lullaby in Spanish)
A Lullaby (English)The din of work is subdued, another day has westered and mantling darkness arrived. Peace! Peace! Devoid your portrait of its vexations and rest. Your daily round is done with, you’ve gotten the garbage out, answered some tiresome letters and paid a bill by return, all frettolosamente. Now you have licence to lie, naked, curled like a shrimplet, jacent in bed, and enjoy its cosy micro-climate: Sing, Big Baby, sing lullay.
The old Greeks got it all wrong: Narcissus is an oldie, tamed by time, released at last from lust for other bodies, rational and reconciled. For many years you envied the hirsute, the he-man type. No longer: now you fondle your almost feminine flesh with mettled satisfaction, imagining that you are sinless and all-sufficient, snug in the den of yourself, Madonna and Bambino: Sing, Big Baby, sing lullay.
Let your last thinks all be thanks: praise your parents who gave you a Super-Ego of strength that saves you so much bother, digit friends and dear them all, then pay fair attribution to your age, to having been born when you were. In boyhood you were permitted to meet beautiful old contraptions, soon to be banished from earth, saddle-tank loks, beam-engines and over-shot waterwheels. Yes, love, you have been lucky: Sing, Big Baby, sing lullay.
Now for oblivion: let the belly-mind take over down below the diaphragm, the domain of the Mothers, They who guard the Sacred Gates, without whose wordless warnings soon the verbalising I becomes a vicious despot, lewd, incapable of love, disdainful, status-hungry. Should dreams haunt you, heed them not, for all, both sweet and horrid, are jokes in dubious taste, too jejune to have truck with. Sleep, Big Baby, sleep your fill.
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Canción de cuna (Spanish)El estrépito del trabajo queda mitigado, otro día ha llegado a su ocaso y se ha cernido el manto de la oscuridad. ¡Paz! ¡Paz! Desprovee tu retrato de sus vejaciones y descansa. Tu ronda diaria ha concluido, has sacado la basura, respondido algunas cartas aburridas y pagado una factura a vuelta de correo, todo ello frettolosamente. Ahora tienes permiso para yacer, desnudo, aovillado cual quisquilla, recostado en la cama, y disfrutar de su acogedor microclima: canta, Grandullón, canta arrorró.
Los antiguos griegos se equivocaban: Narciso es un vejete, domado por el tiempo, liberado al fin de la lujuria de otros cuerpos, racional y reconciliado. Durante muchos años envidiaste al hirsuto, el tipo machote. Ya no: ahora acaricias tu carne casi femenina con enorgullecida satisfacción, imaginando que eres inmaculado e independiente, calentito en la madriguera de ti mismo, madonna y bambino: canta, Grandullón, canta arrorró.
Deja que tus últimos pensamientos sean todo agradecimiento: ensalza a tus padres que te dieron un Super Ego de fuerza que te ahorra tantas molestias, llama a amigos y seres queridos por doquier, luego rinde justo tributo a tu edad, a haber nacido cuando naciste. En la adolescencia se te permitió conocer hermosas antiguallas que pronto desaparecerían de la faz de la tierra, locomotoras de caldera venical, motores de balancín y ruedas hidráulicas de admisión superior. Sí, amor mío, has tenido suene: canta, Grandullón, canta arrorró.
Ahora a caer en el olvido: que la mente del vientre se apropie por debajo del diafragma, del dominio de las Madres, quienes vigilan las Puertas Sagradas, sin cuyas mudas advertencias el yo verbalizador pronto se conviene en un déspota despiadado, lascivo, incapaz de amar, desdeñoso, hambriento de estatus. Si te acecharan los sueños, no les hagas caso, pues todos ellos, tanto los dulces como los horrendos, Son bromas de dudoso buen gusto, demasiado insípidas para hacerles caso. canta, Grandullón, canta arrorró.
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